lunes, 15 de julio de 2013

El cuerpo no distingue: Realidad y pensamientos

El cuerpo no distingue. No sabe diferenciar.

Estás en el zoológico, se escapa un León y viene hacia vos. ¿Tu cuerpo tenderá a la relajación o a la contracción?. Contracción. ¿Verdad?.

Estoy tratando de dormirme, me invaden esos pensamientos rumiantes. Pensamientos negativos sobre una situación que no tolero. Me enrosco y no salgo de ese pensamiento.
¿Tu cuerpo tenderá a la relajación o a la contracción?. Contracción. ¿Verdad?.

Es que el cuerpo no distingue. No sabe diferenciar: Realidad o pensamiento.
Hechos y explicaciones. Realidad y Juicios.

Saber diferenciar los hechos de las explicaciones que damos a los mismos es una distinción tan zonza cómo potente.

No podemos cambiar los hechos. Los hechos fueron. Lo que sí podemos es, a veces, elegir la explicación o el juicio que tenemos frente a dicho episodio.

Digo, no puedo modificar que el León se haya escapado de su jaula. Pero sí puedo elegir los pensamientos que deseo tener antes de dormir. Y esto tan simple, puede determinar el tipo de sueño y descanso que tendré. Por qué el cuerpo no distingue y compra. Todo el tiempo.

Sabiendo esto, que nuestro cuerpo reacciona a los hechos y a nuestros pensamientos, es importante ampliar el espectro: El cuerpo responde a nuestro lenguaje.

De aquí la importancia en diferenciar las afirmaciones de los juicios que realizamos.
Las afirmaciones describen el mundo. Dan por sentado que el mundo está allí, antes de que hagamos la afirmación. Si digo: “Esta mesa es de madera”; estoy haciendo una afirmación, que por cierto puede ser verdadera o falsa.

Sin embargo, si digo: “esta mesa es horrenda”, no la estoy describiendo. Estoy emitiendo un juicio al respecto.

Los juicios generan al mundo. Lo crean, lo condicionan, lo cambian.
Así cómo las afirmaciones pueden ser verdaderas o falsas, los juicios pueden estar fundados o infundados; pero claramente estos últimos son en sí, dependiendo de quién lo emita.

Es decir, dependiendo del punto de vista, de la educación, cultura, momento emocional, vivencias y creencias de quién emite el juicio. -

¿A qué viene esto? Cuando ACEPTAMOS los juicios cómo afirmaciones, o damos nuestra opinión cómo afirmación imperativa en lugar de aclarar que es nuestro punto de vista (JUICIO), cambiamos el mundo, afecta nuestro cuerpo. Afecta a nuestro Ser.

Si de chicos creciéramos en un ambiente donde nos catalogaran constantemente de “tontos” . Es probable que nuestro cuerpo crea eso, y por ello aceptemos eso y actuemos en consecuencia durante toda nuestra vida.

Repasemos, para finalizar, los conceptos mencionados:

Existen Hechos y explicaciones a los hechos. Las explicaciones que damos son meros JUICIOS y dichos juicios condicionan nuestra existencia.

El hecho puede ser una tragedia, una muerte, un despido, el fracaso en la Universidad o en el deporte o la ruptura de un noviazgo. La explicación, el Juicio que damos, es un acto reflejo para tratar de comprender lo que pasó.

El peligro es cuando nos quedamos enroscados en el JUICIO y no salimos de allí. El cuerpo lo cree y quedamos atrapados en la angustia, en la bronca o simplemente en la inacción sin ser capaces de cambiar dicha situación.

Animate a buscar nuevas explicaciones ante un mismo hecho. Acordate que podes elegir.
Podes elegir irte a dormir y que lo último que vean tus ojos, procese tu mente y compre tu cuerpo sea TN o 6, 7,8. O podes mirar Animal planet, escuchar música, jugar con tu hijo, tocar un instrumento o hacer con tu mente algo placentero. Eso sí, claramente, podes elegirlo.
Tu cuerpo no distingue. No sabe diferenciar.

¿Todo esto para qué? Para contarte que me estoy formando cómo Coach ontológico. Lugar donde he sacado estos nuevos conceptos. Novedosos y revolucionarios para mí.
Si te interesa profundizar, te invito el sábado 3 de Agosto a un taller que daremos junto a mi grupo de estudio.  Si te interesa, escribime. ¡dale!


Walter Rodriguez
@Rodriguez_wal