domingo, 29 de julio de 2012

La ciudad del más acá


En la ciudad del más acá, los vecinos compiten por tener el mejor jardín y a fin de año, luego de una votación donde no es posible votarse a sí mismo, el ganador de cada cuadra invita torta casera y limonada a sus otros vecinos.

En la ciudad del más acá nada es de nadie, y todo es de todos. Entonces no hay ladrones, pero a decir verdad, no los hay porque no hay policías. Nada para hurtar, nadie divertido que los persiga.

Hay más remedio, pero solo para el que lo necesita. Y necesidad no es un capricho, es una realidad.
Hay mucho para hacer, y lejos de ser una desmotivación; es un incentivo de vida.

En esta ciudad, los psicólogos ayudan a los niños y niñas a resolver sus problemas: Armado de rompecabezas,  cambiar los pañales de tela a las muñecas y saber qué hacer en el horario de la siesta son los temas más frecuentes a tratar.

No hay lomos de burro, porque no hay burros.

En esta ciudad, el mejor amigo del hombre es el hombre. Y los perros son mascotas amadas y compañeras.

No hay vibras, ni onda. Hay paz.

La ciudad del más acá, es de fácil acceso aunque invisible para la inmensa mayoría. No tiene geografía, pero puede estar en todos lados.

La ciudad del más acá, no está en el más allá. Tampoco tiene coordinadas. Está acá, justo acá donde la estoy sintiendo en este preciso instante.

@Rodriguez_wal

martes, 17 de julio de 2012

FCB

El Facebook es interesantísimo. Es el fiel reflejo de lo que somos. Cómo sociedad.

Hay fanáticos y los hay charlatanes. Hay callados que comparten.
Aparecen los justos y comentan también los que creen serlo.
Si a uno le golpean en una mejilla, habrá interesados en demoler la otra y también habrá defensores de los atacados.
Aparecerán agresiones a esos defensores, y nuevos defensores de atacantes de defensores.
Nacerán los ME GUSTA y llenará el ego del gustado al que le gustará el “me gusta” de su comentario y cómo símbolo de amistad hará un “me gusta” al “me gusta” que te guste mi gusto.

Están los que se enervan y los que piden perdón. Están los hipócritas y los tiernos.

Sobresalen los tímidos con sabias palabras y quedan cortos y minimizados en fotos los bellos, pero también los hay bellos y sabios y feos analfabetos.
Si inician debates y se desvirtúan las ideas mezcladas con emociones.

Este espacio es sensible y permisivo. Todo vale. Valen los impulsos y las reflexiones, vale el blanco y el negro.

Vale todo tipo de letras y prefijos incluidas la K y el PRO y vale escribir “q” en lugar de Que y TQM en vez de “te quiero un montón”
Mi abuelo juntaba los diarios de aquellos días inolvidables de la Historia Argentina.

¿Deberemos empezar a imprimir Muros y debates y guardarlos en el ropero?

Antes los guapos arreglaban los asuntos a las piñas. Hoy lo arreglan por este medio.

Es loco y es raro: Yo prefiero la pluma y la palabra y que la espada se luzca en el museo.

Walter Rodriguez
Twitter: @Rodriguez_wal

lunes, 16 de julio de 2012

Mariposa de mi vida


Mariposa de mi vida

Llegó cuando niño, y nunca más se separó de mí.
Acaso por la dulzura propia del infante, por el néctar que traspiraba en las noches de verano. Acaso por eso o simple casualidad, la Mariposa llegó a mí para acompañarme en este camino sinuoso, El ripio de mi vida

Y aunque no la viera, no la vieran; ella estaba. Jugueteando en mi nariz con sus alas y en cada primavera, entre estornudos y rinitis, sabía que paseaba, jovial, frente al sol del inicio de la pubertad.

Y aunque a veces no la sentía, no la sentían; ella estaba. Acompañándome en el peligro, rozándome con sus antenas para poner mis poros punzantes y dejarme en vigilia ante los riesgos de la oscuridad.

Y aunque no la olía, no la olían; ella estaba.  Aleteando en cada encierro, ventilando malas vibras,  renovando el  oxigeno y pasando por el límite de la mayoría de la edad.

Pero también a veces la veía, vibrando en mi panza a escondidas. Cosquillas adolescentes y nervios de examen final.

Y un día, cuando al fin la vi serena, durmiendo delante de mi edad… el amor luchó con la soberbia de quién cree poder ir solo en esta vía… y la devoré de un solo mordisco y sin suspiro alguno la enterré en mi soledad.

Y entonces, comprendí que me hice adulto. Y orgulloso de mi indulto caminé con sequedad. Hoy, Un adulto que repasa los anhelos detrás de la carcasa. En resumen, un adulto que deseo transformar.
Porque Ella está.

Sigue ahí. Aleteando por mis venas, engrosando mis arterias, defecando porquería que no guarda porque es viva, se desprende la maldad de su silueta, y empastada y sin careta se vacía sin receta. Día a día, ella trata de tratar, de encontrar la luz perdida y al final, en la salida, ser mí guía espiritual.

Sigue ahí, descansando en mi estómago, contrayendo el musculo abdominal, generando un cuerpo tenso, que presiona los objetos sin poderlos disfrutar.

Continúa ahí, revoloteando en busca de oxigeno, obstruyendo mis pulmones. Alimentándose del desecho de mi vesícula irritándola una y otra vez. Porque quiere vivir, porque no piensa que es lo que hace ahí, porque solo sabe que debe mover sus alas, para seguir volando y volver a nacer, o tal vez hacer nacer, o renacer a un ser perfeccionado, que aprendió de lo pasado y que está dispuesto a mejorar.

Mariposa de mi vida, no te culpo. No, ya no. Ya aprendí de tu simpleza, ya viví sin tú firmeza. Solo quiero que volvamos, que seamos dos separados, pero en el amor unidad.

Walter Rodriguez
Seguime, ¡Dale! Twitter: @Rodriguez_wal

martes, 10 de julio de 2012

El camioncito amarillo (Basada en una historia real)


Pedro y Pablo se propusieron algo más, algo allá de juntarse en un Shopping, cómo todos los años, para comprar juntos los regalos de Reyes para sus hijos. Ese año fue diferente…

Tenían una estimación certera que en aquella ciudad de Santiago del Estero y aledaños habría cerca de 500 niños esperándolos. Si bien sería pleno Enero, sabían que los colegios cumplen una gran función adicional a la de educar y es contener y, sobre todo, alimentar.

Aquel colegio los estaría esperando con las puertas abiertas de par en par.

El viaje fue largo, el Sol del verano no es fácil en las rutas. La camioneta estaba preparada y marchaba a rumbo sin problemas. Iban con el tiempo justo, la agenda era muy apretada, sin embargo el viaje se demoró más de una hora de lo planificado porque en el almuerzo de la ruta 34 decidieron repasar el listado de regalos  mientras dejaban pasar el calor del medio día. Eran exactamente 500 juguetes los que llevaban. Sabían que los esperarían 480 chicos aproximadamente.

Así fue que arribaron a las 15 Hs; luego de 12 hs de viaje ya estaban allí. La directora del colegio salió preocupada. ..:”Los esperaba a las 12 HS, ¿Qué pasó?”.-

Los chicos se habían ido angustiosos a las 14 hs.; En verano, Los alumnos básicamente llegan a media mañana para el mate cocido, tienen su almuerzo de cacerola comunitaria y parten para sus hogares, que en más de una ocasión les lleva 2 horas en mula o simplemente a pie, en medio de los montes y esteros.
Pedro y Pablo creían tener todo planificado; pero todo se había complicado. Improvisaron un plan el cuál estaban dispuestos realizar para resarcir semejante entusiasmo insatisfecho, ENTREGAR EL REGALO DE REYES.

La directora les dió una base de datos en papel; identificaron en el mapa cada una de las casas y salieron en busca de la felicidad.

Así fueron llegando hogar a hogar, rancho a rancho. Entregando los regalos en mano a cada alumno del colegio y a cada uno de sus hermanitos. Cada cara de felicidad fue un mimo al corazón, un milagro; esos que todos tenemos a nuestro alcance pero que, esperando ver gente volar, no sabemos apreciarlos y siquiera ir en busca de ellos.

Habían entregado 488 regalos. La misión saldría de maravillas. Quedaba una sola familia por visitar; y estaba a 30 Km. de donde ellos permanecían. Marcharon hacia allá: La niña y sus 11 hermanos tuvieron su merecido regalo. Cerraron un día de sueños.

Pedro y Pablo se abrazaron, se emocionaron y se sintieron vacíos de tanto dar. Pero no por los regalos en sí; porque no solo repartieron 500 chiches; si no que dieron 1523 abrazos y recibieron 1518 besos en el alma y en el corazón. Estaban vacíos, o mejor dicho llenos. O ambas cosas, qué más da… Estaban vivos; y ese fue el mejor regalo de reyes que habían recibido en su vida.

Volvieron a la escuela para despedirse de la directora; estaba atardeciendo.

Mientras Pedro saludaba fervorosamente a la maestra, Pablo revisaba los líquidos del vehículo. En pleno sudor de Enero, descansó su cola en el vehículo y se hidrató. Visibilizó a lo lejos una mujer, que venía con un pequeño tomado de la mano. No distinguió cuál de todos los niños era ya que estaba a unos 50 metros de los caminantes que estaban próximos a Pedro y la Directora. Se reunieron, y los 4 encararon hacia el vehículo. Cuando Pablo identificó que se trataba de un niño que no había recibido regalo, un niño acaso que no estaba contemplado en el listado, se desesperó. Intentaba mirar a los ojos a su amigo para que supiera que no había más regalos, que habían llegado a los 500… pero nada, la marcha seguía firme; ya podía notar la cara de entusiasmo de ese pequeño gringo, rubión de tez bronceada, corte con flequillo y ojos color miel. Los tenía encima, a 20 metros. Sabía que los comercios estarían cerrados, que su viaje de retorno era inminente; que no podía esperar un día más. Cerró los ojos y rezó: Dios te salve María…

En un acto de desesperación, Pablo abrió el Baúl pero más que en búsqueda de objeto alguno con la fantasía de poder esconderse allí y no salir nunca más para no enfrentar la desdicha del pibito.
La puerta trasera se abrió, y allí había un paquete. Un paquete grande, imposible que no haya sido visto por Pablo cuando, minutos previos, El había controlado el habitáculo. Un hermoso paquete cuadrado del tamaño de una pelota de futbol con un gran moño estaba allí, pronto para ser obsequiado.

Lo tomó y, a cambio de un beso y abrazo eterno del gringuito, entregó el paquete al pequeño.

Arrodillado y calmo, cuando el niño terminó de abrir el envoltorio miró a la madre fijo. Todos cruzaron miradas, el niño con su madre, la Madre con la directora. Pedro y Pablo no entendieron lo que ocurrió; casi descartando que lo que dirían no podría ser cierto se vieron en la obligación de preguntar “¿No te gustó el regalo?”. El niño susurró un dulce Si. La madre con los ojos húmedos de la emoción y en un tono pausado dijo …”Lo que pasa es que El escribió una carta a los Reyes magos, y le pidió un Camión amarillo”.. 

Efectivamente, el niño tenía en sus manos su camioncito amarillo.

Es mi deseo que todos tengan un camión amarillo por el cual valga la pena vivir y morir. No importa que la matemática no lo permita, que sea demostrablemente  imposible. No importa que haya que caminar en medio del desierto, del estero a pleno Sol de Enero. No importa que no esté en los planes de alguien o de muchos el camión. Lo que importa es buscarlo, con una madre guía que nos lleve de la mano.

Walter Rodriguez
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Twitter: @Rodriguez_wal

jueves, 5 de julio de 2012

El espiral

El espiral


Recuerdo un  profesor panzón y soberbio, Un alto director de una gran compañía que me enseño la llave para ser un profesional exitoso en empresas transnacionales:

…”Esto es cómo la casa de gran hermano, solo tienen que saber donde están las cámaras para saber el preciso momento donde tiene que actuar sin fallar. Y si por algún motivo la cámara no los enfoca, creen un conflicto NO sin antes tener la solución para el mismo de modo tal tomar protagonismo e importancia en la casa”…

¡Pero qué panzudo charlatán!
Por suerte no le hice caso y la Universidad me educó para triunfar.
Pertenecer a una corporación nos hace importantes, nos diferencia de los demás. Nos da status y seguridad.

Ahora soy un hombre de reuniones, de viajes institucionales. Soy una persona de proyectos, que controla presupuestos y tiene gente a cargo. Salgo muy temprano de mi casa, necesito estar antes que todo mi equipo para poder controlar, porque claro está; cuando el gato no está…
Después de la jornada es el momento de hacer lobby. Allí es donde realmente se hacen los contactos… tomar cafés con otros directivos es el verdadero factor distintivo que te permite a la corta o a la larga TRIUNFAR. Es lo que llamamos “tejer redes de confianza”.  Finalmente, es hora de ir a la Universidad, porque ya una carrera de grado no es suficiente; un claro diferencial es una maestría, un posgrado que te permita estar actualizado. Por suerte en casa, la señora de aseo deja la comida preparada y mi mujer solo debe calentarla.
El fin de semana me divido mi tiempo entre el tenis y el Golf. Me relaja, me mantiene en forma y por sobre todo; me mantengo en contacto con mis pares.

Hoy debuto como profesor en la Universidad. Dí una cátedra que poco tiene que ver con el programa de la materia, más bien le abrí los ojos a estos pibes que vienen criados con un libertinaje y una falta de respeto como nunca antes había visto. Todo lo cuestionan. Tienen 20 años y quieren ser felices sin sacrificio y dicen que no les importa el dinero. Repiten cómo loros una frase que está de moda: “Calidad de Vida”.
¡¡¡Pero por favor!!!!

…”La vida es cómo GRAN HERMANO”….

Así comencé mi clase. Todos aplaudieron de pie cuando terminé. Me sentí realizado. Pleno. Si no fuera por el insolente que dijo que era un gordo soberbio mi día hubiese sido perfecto.

Walter Rodriguez.
Seguime, ¡Dale!
Twitter: @rodriguez_wal


Mirar hasta el final
 Love death  
http://bibooz.net/love-death/

Hay algo peor que dar vueltas y recaer en lo mismo, y es dar vueltas, pero en forma de espiral. Llega un momento donde ni siquiera hay otra vuelta posible que realizar.

lunes, 2 de julio de 2012