Abejita
Bea, se te extraña en esta altura.
Te recuerdo con dulzura cómo la miel de tus
manos.
Abejita Bea,
voladora de Noviembres, tus 47 fueron prosa
de tus antenitas tri-norma:
Una mujer
sensible y de intelecto, otra mami y otra esposa.
Y a pesar
de ser fumigada, una y otra vez por el hombre, siempre arriba de una flor,
radiante cómo un hada.
Abejita
Reina, divertida y colorida. Te recuerdo con amor cómo una flor en vida.
Me olvidé
que no te fuiste, solo volaste más alto a un lugar que aún Yo hoy, no puedo dilucidarlo.
Me olvidé
de mencionarte, me olvide de honrar tu vida y hasta creí que mi familia, nada
sabía de tu vuelo.
Pero pienso y me detengo, me dejaste tu aguijón y lejos de
ser una espina, solo hoy veo ese honor.
Es que mi hijo te conoce a través de mi mirada,
de mi risa, de mi antojo… Tengo una
mujer que te siente, a través de mis abrazos; Tengo viejos y nuevos amigos, que
te ven en mi escritura, te ríen en mi
nombre y te admiran en mis penumbras.
Aleteaste
con el alma, entregaste tu cabeza, lo que siempre te importó fue volar con
endereza. Eligiendo flores bellas y paisajes despampanantes, también sirviendo los
marchitos, compartiendo polen de vida, con amigos desprotegidos.
Les dejaste
tu alegría, tú principal filosofía.
Abejita
Bea, te pido perdón. Tu partida ya no es más partida. Es un punto de largada.
14 años de vida, otros 20 de esperanza, me esperaste con afán de hazaña y acá
estoy fortalecido para decirte no te olvido, que te extraño con mi alma y que
juro por tu alma que de ahora en más yo digo,
¡Viva la Abuelita
Bea! Pues yo sigo tu
camino.
Walter Rodriguez
@Rodriguez_wal
*Foto extraída de: http://sinalefa2.wordpress.com/fabulas/la-abeja-y-la-paloma/
No hay comentarios:
Publicar un comentario