lunes, 12 de noviembre de 2012

EL Garabato



Escuché querer despegar tirando de nuestros cordones. Y pensé:
Ajustamos tanto que los pies quedan azules y caemos en soledad.
Queremos tener onda siendo despeinados.
Nos peinamos despeinados y así, nos quedamos sin pelos y con peines sin usar.

Evadimos los impuestos y pagamos para técnicas de respirar.
Juntamos electrodomésticos, tiramos honestidad.
Tiramos electrodomésticos, acá no me atrevo a rimar.

Nos casamos con Internet y nos divorciamos de los mates, la galleta y la amistad.
Clonamos ovejas, extinguimos gente silbando bajito.
Se mudaron los bichitos, se escondieron las langostas,
¿ y las mariposas?
Nadie sabe donde están.

Sabemos que sin saberlo, merecemos la razón que sin razón nos pide que la poseamos.
Y afirmamos, reímos y lloramos. Miramos sin mirar lo que nuestro nunca fue.
Hablamos de mi auto y de mi casa y confundidos hablamos, también, de mi árbol y mi plaza.

El orden del desorden lo llamamos sociedad y en el centro del epicentro solo hayamos suciedad.
Tenemos más herreros que carpinteros, menos tetas que siliconas. Menos vida, más edad.

Tenemos Sol. Y aire acondicionado.
Tenemos Ríos. Entubados.
Tenemos 20 dedos y usamos 4.
Tenemos remedios antes de la enfermedad.

En búsqueda de la verdad, mentimos.
Y es mentira la verdad, esa que queremos ser mejor sin importarnos los demás.
Porque es verdad esa mentira, que queremos ser lo que los demás crean mejor. Solo para figurar.

Y de tanto andar andando, palabras locas mezclar, nos hacemos viejos y llegamos al final.
Y cómo una gran película que solo entendemos cuando termina,
Miramos para atrás, y luego de tanto garabato, no hubo ningún gato encerrado:
Solo se trataba de, en cualquiera de sus formas, dar amor y respetar.

@Rodriguez_wal
Seguime. ¡Dale!

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