miércoles, 27 de junio de 2012

El vuelo

El bebé me enseño que andando bajito se está mejor.  Que los golpes son menos dolorosos al caer si tenemos una mano cerca que nos sostenga o que nos amortigüe,  que en la altura está el deseo pero también la proximidad a la soledad.
Diferente al pájaro, que encuentra la paz en la altura y la comida y la agonía en el piso. Que nos enseña que alimentar el cuerpo y el alma no es fácil e incluso riesgoso. Que cada uno tiene un tipo de alas diferentes para volar donde realmente tiene que volar. Que los problemas no son del vuelo, sino de la dirección en la que volamos.
El bebé me mostró que sin palabras no se puede decir nada pero sí trasmitir y comunicar mucho; o al menos lo que realmente importa. Lo esencial.
Demostró que no hay nada cómo el amor humano de Papá, y por sobre esto, el amor inhumano de mamá. Porque mamá es extraterrestre, y si no ¿cómo es posible que siempre está, sabiendo todo lo que pasa sin importar horario, cercanía y circunstancia?.
El bebé me enseño a volar bajito y en bandada; me dejó entender que amamos y hablamos con cada uno de nuestros sentidos a parte del habla y los gestos, que mamá y papá lo son todo y que mamá y papá no son 2 personas, si no un tipo amor que está en la esencia de cada uno. Me enseñó que, cuando uno se convierte en padre, instantáneamente se transforma en padre de cada uno de los niños de la humanidad.
El bebé no me enseño a ser Papá, me cuestionó mi ser hijo, mi ser hermano, mi ser marido. En definitiva, mi ser humano.
Walter Rodriguez

Seguime, ¡Dale! @Rodriguez_wal

1 comentario:

  1. Que lindas tus palabras. Soy madre hace un año y mi bebé me enseña cosas día a día. Sobre todo me enseño a amar sin condiciones ni esperar nada a cambio

    ResponderEliminar